Cáritas llega al límite y atiende ya a más de 25.000 familias en Málaga
La organización reconoce que las parroquias se están viendo desbordadas con el aumento de personas sin recursos
08.06.12 - 01:16 -
Los pobres son más pobres y los que no eran pobres ahora lo son. Ésa es una de las principales consecuencias de la crisis, a juicio de los responsables de Cáritas Diocesana, donde las peticiones de ayuda de personas que lo están pasando verdaderamente mal han llegado hasta el punto de que en «muchas parroquias se están dando demasiados casos que no pueden ser atendidos». Ése es el lamento que ayer esbozó su director provincial, Francisco José Sánchez Heras, durante la presentación de la memoria anual de la entidad dependiente de la Iglesia, a la que también acudió el obispo de Málaga, Jesús Catalá. Un balance que habla por sí solo de la dramática situación que están padeciendo miles de malagueños. Solo el pasado año, los servicios de acogida e intervención de las Cáritas Parroquiales y los Servicios Generales de la entidad atendieron a más de 25.300 familias, el doble que en 2007, cuando se produjo el cambio de ciclo económico. Prácticamente la mitad son inmigrantes.
En cuanto al tipo de familia, la mayoría son parejas con hijos y hogares monoparentales, seguidos por mayores de 50 años sin trabajo. En cualquier caso, este perfil ha ido variando en la misma medida que ha ido aumentando la tasa de desempleo. De hecho, las cifras dadas ayer a conocer reflejan que una de cada cinco familias atendidas habían acudido a estos centros por primera vez. «Hay muchas personas que jamás se habrían imaginado en esta situación, pero acuden a nosotros porque saben que somos la última puerta a la que llamar después de quedarse sin ingresos y ver cómo sus allegados ya no pueden ayudarles más», afirmó Sánchez, quien reconoció que 2011 ha sido el «año más complicado». En este sentido, su percepción es que la situación «puede estabilizarse, aunque también porque nuestra capacidad llega hasta ahí».
Las principales demandas planteadas han sido de alimentos, ayudas para encontrar un trabajo, dinero para pagar servicios básicos como la luz o el agua, e incluso para hacer frente al alquiler de la vivienda. En este punto, llama la atención que la demanda de un techo en la capital (38%) casi llega a duplicar a la registrada en la provincia, cuestión que Cáritas explica con los mayores vínculos personales en los pueblos.
Tanto el obispo como el director de la organización coincidieron en destacar la «importante y desentendida labor» de los 1.153 voluntarios que trabajan en Cáritas junto a los 147 empleados. Además, Catalá también quiso «agradecer a los socios y donantes que permiten dar respuesta a tantas necesidades», haciendo suyo el lema de Cáritas 'Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir'. De hecho, de los 6,7 millones que ingresaron en 2011, 3,1 procedieron de donativos y las cuotas de los socios, mientras que otros 2,7 millones fueron subvenciones públicas para el mantenimiento de los centros sociosanitarios.
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