Alegres y cristalinas con las campanas de la gloria en la mañana malagueña.
Cristo ha resucitado, cuentan las campanas por cada rincón de la ciudad.
El pueblo que lo presentía hace tiempo, despierta con alegría.
La Vida ha vencido a la muerte.
Cuando sale el Cristo Resucitado y la Reina de los Cielos, las campanas de gloria forman un sonoro arco de triunfo para que el Señor de la Vida cuente a los malagueños que ha muerto para siempre la tristeza.
Y Málaga es una fiesta esta mañana.
Cristo Resucitado y con los brazos abiertos como esa Cruz que llevaba, y que en brazo redentor se abre con amor hacia su bendita tierra malagueña.
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