sábado, 25 de febrero de 2012

CUATRO METROS DE FE Y DE INCOGNITAS

 EL PAIS
La polémica ha sido siempre compañera de viaje de la Sábana Santa de Turín, una pieza de lino de 4,36 metros de longitud y 1,13 metros de anchura en la que se ve la parte frontal y dorsal de un hombre barbado. Para muchos creyentes no caben dudas: es el sudario que envolvió el cuerpo de Jesucristo tras su crucifixión. Otros, creyentes o no, solo le confieren el valor artístico de ser una reliquia confeccionada en la Edad Media para venerar a la auténtica mortaja de Cristo.
La Sábana Santa fue sometida por tres laboratorios a la prueba del carbono14 en 1988, que fechó el sudario entre 1260 y 1390. La Iglesia, que admitió el dictamen de la ciencia, siempre ha defendido el valor de esta obra de arte para los creyentes. “La Iglesia confirma su respeto y veneración a esta imagen de Cristo, que sigue siendo objeto de culto de los fieles”, afirmaba entonces el arzobispo de Turín, el cardenal Anastasio Ballestrero. Una veneración que se mantiene con fuerza, como refleja que cerca de dos millones de peregrinos visitaran la Catedral de Turín la última vez que se exhibió, en la primavera de 2010, con visita del papa Benedicto XVI incluida.
Polémicas y creencias aparte, el Síndone es el eje sobre el que gira la exposición que desde ayer y hasta mediados de junio se puede visitar en la Catedral de Málaga. “Por primera vez en la historia se ha realizado una exposición del objeto mas estudiado por el hombre. Esta exposición analiza los dos únicos objetos que han superado pruebas científicas y que han llegado a nuestros días como elementos que pudieron pertenecer a Jesús: el Santo Sudario de Oviedo y la Sábana Santa”, explicó ayer Álvaro Cruz, comisario de la muestra.
La exposición, cuyo estreno mundial es en Málaga, está realizada en sistema de audio-guía digital y recorre durante 12 salas la historia de esta reliquia, desde su descubrimiento en la localidad francesa de Lirey en 1353.
Sala a sala, la muestra recoge las diversas teorías que han rodeado al sudario a través de piezas de arte, monedas y códices y exhibe también los diferentes métodos científicos aplicados para tratar de verificar su antigüedad. También se reproducen algunos de los objetos y lugares relacionados con la muerte de Cristo, como la cruz o el sepulcro. En ellas, el espectador puede ver un análisis en 3D de cómo fue la tortura y muerte del hombre que aparece en el sudario, desvelando asimismo las “certezas” que arroja la Sábana Santa, como "la ausencia de pigmentos, pintura, tinte o productos químicos" en la imagen de la figura o que "no le afecta el calor, ofreciendo una alta resistencia térmica que le permite soportar hasta 950º".
La exposición finaliza ante un facsímil de la Sábana Santa y una reproducción del hombre que en ella aparece, obra del imaginero Juan Manuel Miñarro.

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