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Texto íntegro del mensaje:
Hace pocas semanas el papa Benedicto XVI nos ofrecía una reflexión sobre la Palabra de Dios, con la publicación de su nueva exhortación apostólica Verbum Domini. El acontecimiento histórico, que celebramos en Navidad, es precisamente la Encarnación del Hijo de Dios (cf. Jn 1,14), Palabra eterna del Padre.
El evangelista Juan, que tuvo una experiencia personal de encuentro y seguimiento del Señor, nos anuncia en su Prólogo (cf. Jn 1,1-18) el fundamento de nuestra vida: el Verbo, que desde el principio está junto a Dios, se hizo carne y habitó entre nosotros (cf. Jn 1,14). Jesús es la Sabiduría de Dios encarnada, su Palabra eterna que se ha hecho hombre mortal.
Dios ha querido entablar una relación personal con los hombres, dándose a conocer en el diálogo que ha iniciado con ellos; ésta es la novedad de la revelación bíblica: “Dios invisible, movido de amor, habla a los hombres como amigos, trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su compañía” (Concilio Vaticano II, Dei Verbum, 2).
Hemos sido llamados a ser interlocutores de un Ser excepcional, único, divino. Dios se nos da a conocer como misterio de amor infinito; el Verbo eterno nos revela al mismo Dios en el diálogo de amor de las Personas divinas y nos invita a participar en él (cf. Benedicto XVI, Verbum Domini, 6). Aprovechemos esta oportunidad de poder dialogar con Dios.
Creados a imagen y semejanza de Dios amor, los hombres sólo podemos comprendernos a nosotros mismos acogiendo al Verbo de la vida y en la docilidad a la obra del Espíritu Santo. El enigma de la condición humana se esclarece definitivamente a la luz de la revelación realizada en el misterio del Verbo encarnado (cf. Gaudium et spes, 22).
Las Fiestas Navideñas nos invitan a conocer y amar cada vez más al Verbo eterno, Palabra de Dios encarnada, Jesucristo, quien quiso hacerse hombre y morar entre nosotros, haciéndonos partícipes de su divinidad. Él nos invita a compartir generosamente con los más necesitados los bienes que su providencia nos regala cada día.
Sigue habiendo gente que pasa necesidad de lo más básico para vivir. Los cristianos hemos dado testimonio, ante nuestra sociedad y ante el mundo entero, del amor que Dios nos tiene y de la fraternidad de toda la familia humana. Agradezco el gesto solidario y caritativo de todas las comunidades parroquiales, congregaciones religiosas, hermandades y cofradías, asociaciones y movimientos eclesiales, y personas de buena voluntad. ¡Que las Fiestas Navideñas sean un motivo más para seguir viviendo el amor de Dios!
Deseo que viváis unas Felices Fiestas de Navidad.
+ Jesús, Obispo de Málaga
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