viernes, 29 de junio de 2007


La iglesia de los Mártires está como el primer día tras 501 años


Las obras de rehabilitación llegan a su final, a falta de pequeños retoques, para completar la recuperación de las cubiertas y de las pinturas de la fachada

MIGUEL FERRARY. MÁLAGA


Han pasado 501 años desde que se erigiera la iglesia de los Santos Mártires en Málaga capital. Fue una de las cuatro primeras parroquias fundadas en la ciudad tras la llegada de los Reyes Católicos, junto a San Juan Bautista, Santiago y San Felipe Neri. Una historia larga que ha lacerado su estructura y dejado sus huellas en numerosas partes del edificio. Sin embargo, dos intervenciones, una en el año 2001 y otra que está a punto de terminar, han devuelto un olvidado esplendor a uno de los templos más destacados de la ciudad.La primera intervención se realizó en el año 2001. Por aquel entonces, las obras no tuvieron un efecto visual claro para el visitante, pero sí que aseguró la integridad real de la iglesia. Estos trabajos se centraron en la restauración de la cubierta sobre el crucero y la nave central. Fueron posibles con una ayuda del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) a través de la Oficina Municipal de Rehabilitación del Centro, que aportó unos 135.000 euros.Tras esta intervención se aseguró la impermeabilización de una parte importante del templo, aunque seguía siendo necesaria una obra de más envergadura.Ésta llegó hace poco más de un año, con un presupuesto de 900.000 euros, de los que unos 200.000 euros han sido aportados por el Ayuntamiento de Málaga. De hecho, los operarios se encuentran ya con los últimos retoques antes de dar por concluidos unos trabajos que han permitido recuperar la fachada, limpiar la torre y mejorar las cubiertas de las capillas, que estaban pendientes de arreglo.Una de las actuaciones que se han llevado a cabo ha sido quitar el enfoscado que recubría la torre y la fachada de la iglesia de los Santos Mártires y que se había aplicado en los años 60 mediante mortero de cemento.Esta actuación en la torre ha permitido descubrir dos partes, como señala el arquitecto técnico encargado del proyecto, Pablo Pastor. Destaca que la parte más baja está construida con la técnica del aparejo castellano y corresponde a la torre primitiva. El segundo cuerpo, en cambio, es de fábrica de ladrillo y se aprecian restos de pigmentos de color óxido rojo, al igual que el descubierto en la fachada y típico en edificios civiles y religiosos del barroco.Precisamente la fachada es la que tiene una imagen más espectacular, ya que se ha descubierto un enfoscado de estuco de cal al que se le marcaban el dibujo del ladrillo que luego se pintó con el color de óxido rojo que se puede apreciar. Esta técnica permitía unificar el tamaño de los ladrillos.

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