jueves, 2 de agosto de 2007

El obispo cambia a 12 curas de parroquia antes de su marcha

Málaga hoy
El obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto, decidió ayer nuevo destino para 12 sacerdotes de la provincia. La reestructuración del organigrama parroquial se produce justo antes de la marcha del obispo, que ya presentó su renuncia ante el Vaticano al cumplir los 75 años, y ante la inminente llegada de nuevo prelado a la diócesis malagueña.
Entre los nuevos nombramientos, se encuentran los nuevos párrocos de las iglesias de la capital del Corpus Christi, Madre de Dios, la Victoria y San Pablo, que ostentarán José Sánchez, Tomás Pérez, Enrique Pinzón y Juan Chinchilla, respectivamente.
En la provincia, pasan a tener nuevo párroco las iglesias de San Juan y Santa María de Vélez-Málaga, con Francisco Sánchez; Virgen Madre de Nueva Andalucía en Marbella, que asumirá Eduardo Resa; Nuestra Señora del Rosario de Benahavís, con Pedro Osorio; José Daniel Costilla, en la Encarnación de Casares y Juan Manuel González que estará en la parroquia de San Pedro de Cártama y en la de Santa Rosalía. A la iglesia de San Sebastián de Alhaurín de la Torre, llega Ramón Burgueño, que también asume la capellanía del hospital Carlos de Haya de Málaga.
El obispo también ha designado nuevos capellanes para el cementerio de San Gabriel de Málaga, en el que ha puesto a José Acosta, Juan Manuel González y José Lebrón, que también pasa a ser vice-canciller del Obispado y vicario de la parroquia Madre de Dios.
Sin embargo, el comunicado enviado ayer por el Obispado para dar cuenta de los nuevos nombramientos deja en el aire algunos puestos que quedaron vacantes, como quién será el próximo párroco de Cómpeta, después de que el anterior abandonara para presentarse a la Alcaldía del municipio por el PP y, posteriormente, convertirse en alcalde. No obstante, fuentes cercanas al Obispado aseguraron que será el ex capellán del cementerio de San Gabriel de Málaga el que ocupe la parroquia de Cómpeta.
Ésta es una de las últimas decisiones del obispo Antonio Dorado Soto que ha estado al frente de la Diócesis de Málaga y Melilla desde el pasado 1993 y que ya ha asegurado que, tras su jubilación, seguirá viviendo en la provincia de Málaga.

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