domingo, 12 de mayo de 2013

Divina Pastora de las Almas

Capuchinos, en la gloria con su Pastora

La Virgen salió ayer por las calles de su barrio en uno de los días más grandes del mayo capuchinero y de todo el año

12.05.2013 | 05:00
Las Glorias de Málaga, habituales olvidadas, tienen en Capuchinos un oásis de reconocimiento. La devoción no puede imponerse, surge con naturalidad y se extiende con el paso de los años. Las cofradías, en muchos casos, sólo tienen que canalizar convenientemente este caudal. Sus decisiones son cruciales en su beneficio o detrimento. En la Pastora desde hace años se trabaja con sabiduría y acierto, y con mucha ilusión. Y el fruto se recoge en la procesión de alabanza con la soberbia imagen de José Montes de Oca. El reinado de la sencillez. Capuchinos está en la gloria cada vez que sale su Pastora.
A veces sólo los corazones cofrades son capaces de asumir algunos preceptos irrenunciables. Como que la Virgen presida su novena desde el altar mayor, el gusto milimétrico por los detalles, las horas en vela preparando los cultos y la procesión... Ayer todo esto salió a escena a las 18.30 horas. La Virgen recorrió las calles de su barrio, abranzando su feligresía, en uno de los días más importantes del mayo capuchinero y de todo el año.
Con el Himno de Andalucía, ya que la advocación y la iconografía de la Divina Pastora es la gran aportación de la Iglesia andaluza a la universal. La banda de la Esperanza fue un año más de poner la música detrás del trono de orfebrería de Santos Campanario, con portadores al fin de traje. Y todo apunta a que ayer fue la última ocasión que lo utilizará, ya que en 2014 la congregación podrá estrenar el nuevo trono de madera tallada y dorada, de rocalla, que realiza en Alicante Domingo García. Ayer ya lucía una imagen de San Miguel como anticipo. La Virgen, con su saya rosa y su manto celeste, iba sobre el clásico risco de corcho y flores silvestres. Un moldurón de orquídeas y otras especies en tonos rosas completaba el exorno. Y un granado le daba cobijo, con una camiseta del Málaga C. F. a sus pies.
En la calle Tizo, completamente engalanada, se alcanzaron los momentos de mayor intensidad y sabor, con una sintonía perfecta entre el trono y la banda. Para entrar, la Esperanza engarzó María Santísima del Subterráneo y el Himno de Coronación de la Esperanza, como sencillo homenaje por el 25 aniversario de esta efemérides. Luego, un hermano, Francisco Sánchez, conocido como Paco Pastora, cantó una sevillana desde un balcón, el trono subió a pulso y la banda atacó Reina y Madre de Capuchinos y Pasan los Campanilleros, para ser despedida por un castillo de fuegos artificiales.

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