viernes, 6 de julio de 2007

El Carmen vuelve a presidir la iglesia en su camarín restaurado


La decoración de la capilla está basada en elementos florales e iconografía
El obispo bendijo ayer la rehabilitación del templo

IGNACIO A. CASTILLO.
LA OPINIÓN DE MÁLAGA


La Virgen del Carmen vuelve a ocupar el sitio que le corresponde en su parroquia, pero alojada en un camarín que nada tiene que ver al anterior que tenía antes de que comenzaran las obras de restauración del templo. La imagen preside desde ayer la iglesia de la que es titular, en una capilla decorada con elementos florales, guirnaldas y filacterias, y una iconografía marcadamente carmelita y claretiana.
El obispo, Antonio Dorado, inauguró ayer la rehabilitación del templo, durante una ceremonia en la que estuvo acompañado por una veintena de sacerdotes. También bendijo el retablo del altar mayor y el camarín. La intervención ha sido total. La humedad había dejado en unas condiciones lamentables un espacio sagrado completamente desnudo, pintado de gris y rosa, que nada tenía que ver con la tradición barroca carmelita.
Los trabajos, que han durado unos seis meses, han sido dirigidos por Ángel Calle, diseñador de la ornamentación y del discurso iconográfico. La ejecución ha correspondido a José Antonio Jiménez.
Destacan las guirnaldas de flores, los centros frutales, las hojas entrelazadas y que dejan espacios para alojar medallones con las imágenes de San Antonio María Claret (los claretianos regentan el templo), Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, los más ilustres religiosos carmelitas de la historia.
En el friso aparecen leyendas en latín alusivas a la Virgen, como `Estrella de los Mares´ o `Madre del Cielo´ (algunas íntimamente relacionadas con el Sagrado Corazón de María, de gran veneración claretiana). Todo un cortejo celestial se dispone alrededor del camarín, dividido en cinco paños ornamentales. Algunos ángeles portan atributos marianos, como un ancla, una vara de azucenas, una estrella, un escapulario y unas filacterias.
También aparece el escudo del Monte Carmelo y una Inmaculada, representada de forma clásica. El material utilizado ha sido pintura acrílica, para combatir los efectos de la humedad en este recinto, en tonos rojos, azules y amarillos.
El camarín aparece enmarcado por un retablo en madera tallada y dorada, que, a modo de dosel, cubre a la imagen, que se dispone sobre una peana de carrete, aún por terminar, de estilo antequerano, que combinará la madera con la plata.
El retablo se completa con unas molduras de escayola, de líneas curvas y quebradas, de color blanco, recuperando la esencia de las iglesias carmelitas, como las de la sacristía de la Cartuja de Granada. La cofradía ha pagado la totalidad de las obras del camarín. La restauración del resto de la iglesia corresponde a la parroquia. Para ayudar a sufragar los cuantiosos gastos se han realizado unos columbarios.

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